Gracias Manuel Sierra

Historia de el Reloj Público de Barahona

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Por: Virgilio Gautreaux P.

Introducción

A través de la historia la especie humana quiso “mesurar” el tiempo. Para ello, durante muchos siglos fue ingeniosa en la búsqueda de aquellos artificios que le facilitaran mediciones cronológicas. Diversos materiales y artefactos se fueron sucediendo hasta llegar a los relojes que hoy conocemos. Muchos siglos antes de Cristo en Egipto y territorios del Medio Oriente existieron relojes de arena, de agua, de sol, así como combinaciones con otros instrumentos. Con el arribo de los españoles, llegó a esta isla el reloj del sol, uno de los cuales está ubicado en la calle Las Damas y el otro en Bánica.

Los relojes mecánicos desarrollados posteriormente fueron imponiéndose en Europa y se popularizaron en otras partes del planeta. La iglesia católica los utilizó profusamente para marcarle el tiempo a los feligreses y recordarles las horas de los cultos. Otras religiones también utilizan diferentes formas de convocatoria para oraciones y rezos.

En la República Dominicana país hay unos 20-30 RELOJES DE TORRE, tanto en iglesias, como en edificios públicos y torres individuales. De ellos el más antiguo está ubicado en la zona colonial, frente al MUSEO DE LAS CASAS REALES. Luego se construyó el de Bánica. Los relojes de Montecristi y Puerto Plata, son de los más famosos y conocidos.

En la capital tenemos RELOJES DE TORRE en el Palacio Consistorial, frente al parque Colón. El del Oratorio María Auxiliadora; el de la Iglesia Evangélica Dominicana localizada en la calle Mercedes con 19 de Marzo; el ubicado en el Centro de los Héroes, frente al Ayuntamiento del Distrito Nacional; el de la iglesia católica ubicado en la calle Mauricio Báez y el del “Bulevar” de la 27 de Febrero.
El rasgo distintivo de estas seis torres, es que su reloj no está funcionando. Algunos tienen años dañados. El más “joven” del conjunto-y seguramente el más costoso-es el de Bulevar y tampoco está operando. Está abandonado, al igual que todo el complejo que le rodea.

El Ayuntamiento del Distrito Nacional-el más rico y poderoso del país-tiene bajo su responsabilidad, tres relojes públicos que no funcionan. Resulta una contradicción que el único reloj “de torre” que funciona en la capital, es el reloj de Sol, el cual, cuando le tomé la foto, marcaba la misma hora de mi celular. Es risible que un reloj con 258 años “ininterrumpidos” trabajando, sea el único que funciona. Paradojas de la modernidad ¡!!!!!

Animado por este recorrido, me puse a llamar a varias cabeceras de provincia y a varios Municipios y pude determinar que tenemos RELOJES DE TORRE en Santiago, Puerto Plata, San Cristóbal, Oviedo, Azua, Monte Cristi, San Pedro de Macorís, Moca, San Francisco de Macorís, Salcedo, Constanza (dos), Elías Piña, Samaná, Sosúa, La Romana, El Seibo, La Vega, Boca Chica, Cotuí, Neyba, San Juan de la Maguana y Barahona, entre otros. Numerosos de relojes no están funcionando, razón por la cual en aquellos lugares donde los bomberos tienen sirena, la tocan en la mañana, al mediodía y al atardecer. Donde no hay sirena, se utilizan las campanas de las iglesias, para dar la hora. Debiera generarse un movimiento en esas comunidades para que estos íconos de una época, sean reparados. En mi consulta por vía telefónica, en algunos lugares no conocían el significado de la expresión “reloj público”.

Reloj Público de Barahona

Para mediados de la década de los años treinta del siglo pasado, la ciudad de Barahona experimentaba rápidos cambios en su entorno urbano. La sinergia La Gobernación, mas El Ayuntamiento, mas El Empresariado, mas La Sociedad Civil y La Gente del Pueblo, produjo una verdadera revolución urbana. Por doquier se levantaban imponentes construcciones comerciales, viviendas individuales, edificaciones públicas, caminos, carreteras y otras infraestructuras desarrollistas. La expansión sostenida de las actividades productivas, comerciales, de exportación, sociales, educativas y culturales, impulsaron una mentalidad favorable al cambio.
Tanto en esta ciudad, sus campos y el resto del país, desde los tiempos coloniales se utilizaban instrumentos sonoros de diversos materiales para convocar los ciudadanos con el propósito de comunicarles resoluciones, ordenanzas, acontecimientos importantes y también convocarlos para asuntos religiosos.

Muchos de los acontecimientos de tipo urbanístico y social que se producían en nuestra ciudad, tenían como referente el ordenamiento territorial y normativas administrativas y laborales que implementaba el Ingenio Barahona. En 1922 la colectividad Barahonera es sorprendida por un fuerte silbato proveniente del central azucarero, el cual cada cierto tiempo, diariamente anunciaba cambios de turno de los obreros y del personal administrativo. En algunas ocasiones, el silbido era un preaviso, para que se fueran preparando en sus casas aquellos que les correspondía la próxima jornada. El siguiente pitido, anunciaba el inicio de labores para unos y la salida para otros. El Señor Albott James quien laboró por muchos años recuerda el silbato despidiendo vapor al ser tocado.

Breve cronología sobre la Torre-Reloj

1-En el periódico Listín Diario correspondiente al lunes 15 de Febrero de 1929 encontramos una crónica Barahonera, que entre otros tópicos, titula uno RELOJ PÚBLICO, el cual señala lo siguiente:
“Pronto ostentará la urbe Barahonera un famoso reloj público el cual será hecho venir del extranjero por el Honorable Ayuntamiento”.

Nada, que se progresa !!!!

2-En sesión celebrada el 01 de Octubre de 1929, la Sala Capitular del Ayuntamiento de Barahona resolvió solicitar precios y catálogos de relojes de dos y tres esferas a Merke y Co, Porcella & Vicini de Nueva York y a Michael Baik, en Santo Domingo. Al parecer esta gestión no arrojó ningún resultado, razón por la cual Don Luis Del Monte, oferta regalar un reloj de torre a la ciudad de Barahona.
3-Durante una reunión del consejo municipal de Barahona efectuada el 27 de Julio de 1931, el Presidente de la Sala-Dr. José A. Rodríguez-informó que el Sr Luis Del Monte le había dado el encargo de ofrecer al Ayuntamiento un reloj público que él enviaría próximamente como obsequio.

4-El Sr Del Monte viajó en innúmeras ocasiones al continente europeo y a otras partes del mundo. De seguro que en su estancia en el viejo continente, le sorprendió la influencia del reloj en las actividades productivas, el comercio, la educación, las actividades religiosas, deportivas, sociales y recreativas, entre otras. Europa estaba repleta de torres con reloj, colocados en iglesias, palacios municipales, castillos, edificios públicos, en grandes portones en la entrada de las ciudades, en parques, puentes y plazoletas. Cada cambio de hora era un repicar de campanas, que se escuchaban por doquier. Pero lo que de seguro más impresionó a Don Luis, fue el impacto del reloj en las actividades productivas y tal vez esa fuera una de las motivaciones que lo impulsó a realizar la donación.

5-En la sesión de la Sala Capitular de fecha 26 de Noviembre de 1931, el Presidente de dicho organismo informa que Don Luis Del Monte comunica que ya se estaba construyendo el reloj que él se comprometió donar al pueblo de Barahona y que no tardaría mucho en llegar, por lo que exhortaba al cabildo a solicitar con tiempo la exoneración de los impuestos correspondientes. En una sesión realizada el 17 de diciembre de ese mismo año, se resolvió agradecerle al donante su gesto, a nombre de la población y de la propia corporación edilicia. También se procedió a tramitar la solicitud de exoneración.

6-El 4 de Enero de 1932 Don Luis Del Monte comunica a las autoridades municipales que ya envió reloj de torre en el vapor COMTE GRANDE y la documentación relativa al embarque, con la recomendación de que el mismo fuera montado por un relojero calificado. Nuevamente se le gradece su acción.

7- Reunido el 18 de Enero de 1932 el Consejo edilicio, el Tesorero Municipal informa sobre la gestión que se le encomendó en la capital, expresando que el Sr Pascual Prota oferta montar el reloj y dejarlo funcionando, para lo cual enviaría un perito en la materia, todo por un costo de $ 125 incluyendo los gastos de manutención o por un monto de $ 100, si el Ayuntamiento asume este costo. En este mismo encuentro, el Sr José A. Robert propone que Don Luis Del Monte sea declarado HIJO BENEMÉRITO de la ciudad de Barahona. Esta moción fue aprobada a unanimidad en otra reunión celebrada el 25 de Febrero del citado año. También se aprobó comunicarle el otorgamiento de tal distinción y se autorizó la confección de un Diploma de Reconocimiento, posteriormente el galardonado agradeció esa acción.

8-En el transcurso de la Sesión celebrada el 8 de Febrero de 1932, se da lectura a la Comunicación No 529, del Ministro de Hacienda, mediante la cual informa la aprobación de la solicitud de exoneración del reloj.

9-La Sala Capitular en su sesión del 18 de Febrero de 1932, conoce una comunicación suscrita por los señores Lucas Espinal, B. Suero, Luis Peláez, Carlos Díaz hijo, José Cavallo y varios más, mediante la cual solicitan que la torre para la instalación del reloj público, sea construida en una parte del solar propiedad de la Cámara de Comercio de Barahona. Se aprobó que el Ayuntamiento resolvería lo que proceda.

10-EL 17 de Mayo del 1932, el Auditor General, remite el oficio No. 1987, con el cual autoriza una transferencia de fondos por la suma de $ 150.00 para la construcción de la torre para el reloj público. El 1ro de Julio de dicho año, el Presidente de la Sala Capitular-Dr. José A. Rodríguez-propone que se le dirija una carta a Don Luis Del Monte para que investigue en la casa constructora del reloj donado por él, por cuanto podría construirse o suministrar dos o tres esferas más, con los accesorios necesarios para su montaje y que si todo esto-incluyendo el valor del flete-no es superior a $150.00, se le autoriza ordenar el despacho de tales efectos por cuenta del Ayuntamiento. Se aprobó la encomienda. El 19 de ese mismo mes, los ediles son enterados que el Sr Del Monte ya ha ordenado la construcción de los artículos solicitados. Al llegar dichos efectos, el Ayuntamiento le pagó la suma acordada previamente.

11-Las autoridades municipales Barahoneras aprobaron el 27 de Mayo de 1934 pagar la suma de $60.00 al Ing.-Arquitecto Humberto Ruiz Castillo para la realización de los estudios y el plano correspondiente para la torre del reloj.

12-Durante la Sesión de la Sala Capitular celebrada el 6 de Octubre de 1932, se da lectura al oficio No. 89 suscrito por el Gobernador provincial, en el cual transcribe un telefonema del Tirano Trujillo en el cual instruye que se forme una Comisión encabezada por la gobernación e integrada por el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio, con la encomienda de elaborar un listado de proyectos de obras públicas necesarias en la provincia y sus dependencias. Se aprobó la sugerencia y se designaron 4 regidores quienes representarían el cabildo en dicha comisión. Al parecer comenzaban a surgir ciertas contradicciones por las donaciones de Don Luis Del Monte.

13-En este mismo encuentro, el Síndico informó que las esferas y accesorios para el reloj público que se pidieron a Italia, llegaron en la goleta “JULIA”. Se resolvió solicitar la exoneración correspondiente.

14-En la Sesión del 15 de Noviembre de 1932, se da lectura a una inusual comunicación suscrita por el Secretario de Interior, recomendando “que no se tributen homenajes ni se concedan honores a personas que no tengan algún carácter oficial y que no realicen actos de significación y trascendencia para la vida de la común”.

15-El 16 de Diciembre de 1932 se dio lectura a una propuesta del Ing.-Arquitecto Humberto Ruiz Castillo, mediante la cual ofrecía construir la torre para el reloj público por $2,000.00 a todo costo. Se le respondió que se estudiaría su proposición. Más adelante se recibió un telefonema del Coronel Leoncio Blanco recomendando al Cabildo que se prefiera al Sr Ruiz Castillo en la erección de dicha obra.se tomó nota.

16-En vista de que el Ayuntamiento sólo disponía de $1,000.00 para la construcción de la torre, se resolvió en esta reunión solicitar al Gobierno un préstamo de $1,000.00 para pagarlo en el transcurso del año 1934, en 12 cuotas que debían ser tomadas del subsidio mensual que recibiría el Cabildo. Esta solicitud debía formularse mediante una exposición dirigida al Sr Presidente de la República.

Mediante Oficio No. 366 del 12 de enero de 1933, el Secretario de Interior comunica que el Poder ejecutivo ha negado su aprobación a la solicitud de préstamo. A teles efectos, se nombró una Comisión para obtener dichos recursos, formada por el Presidente y el Vicepresidente de la sala Capitular y el Comisario Municipal.

17-El órgano municipal reunido el 24 de Febrero de 1933, es enterado mediante comunicación firmada por el Síndico “que las esferas y accesorios para el reloj público se encuentran depositadas en el Palacio Municipal, los cuales llegaron en perfectas condiciones”.

18-Durante los meses siguientes se manejaron varios escenarios en torno a la torre del reloj. Unos plantearon que se colocara encima de la glorieta del parque Duarte. Otros que se construyera una torre al lado de la glorieta, mientras habían algunos que sugerían que se colocara sobre el Palacio Municipal. Este conjunto de propuestas, combinado con la fuerte recesión económica que asolaba el mundo y la República dominicana, provocó retrasos en el inicio de los trabajos. Ciudadanos del pueblo crearon una Junta para la Construcción de la Torre del Reloj, la cual fue bastante activa.

19-De las opciones más manejadas, la construcción de una torre de 80 pié de altura en la cercanía de la glorieta, tenía la preferencia de los ediles. Los diseños y planos de dicha estructura fueron elaborados por el Ingeniero-Arquitecto Humberto Ruiz Castillo. Se tenía planteado que el Ing. Nesbitt (al parecer empleado del central azucarero), realizaría la obra de manera gratuita. Sin embargo éste comunicaría posteriormente que estaba muy ocupado y cuando terminara sus compromisos, marcharía fuera del país de vacaciones.

20-El cabildo apropia recursos de otras cuentas para crear un fondo destinado a la construcción de la torre, pero sus acuciantes problemas financieros lo obligaban periódicamente a “tomar prestado” para cubrir otros urgentes compromisos. Se recurre a toda forma de cabildeo ante el Poder Ejecutivo para que adelante una suma y luego la deduzca de los subsidios mensuales que recibía el ayuntamiento. Esto fue denegado. Mientras tanto el Gobernador provincial presionaba la Sala Capitular por su retraso en el inicio de los trabajos de la torre. En Sesión del 16 de Octubre de 1933, se decidió-a propuesta del Síndico Rafael Peguero-iniciar la obra con unos recursos especializados para tal fin, los cuales estaban depositados en el National City Bank.

21-Una información inserta en el Listín Diario de fecha 3 de Abril de 1934 detalla que el Diputado Trujillo Valdéz mediante un telefonema dirigido al Gobernador provincial, le dice que “de momento llegaría el Ingeniero que se encargará de levantar la torre del reloj público que regaló a Barahona Don Luis Del Monte”. Sobre el caso de la torre y el entusiasmo por el anunciado inicio de la obra, se publica en el Listín de fecha 6 de abril del mismo año, una nota calzada por el Sr Lucas Espinal, quien manifiesta; Ese rumor, como es natural, ha llenado de júbilo a los habitantes de la urbe Barahonera, porque sus habitantes entienden que “es hora ya de que ese reloj se le despierte del soporífero sueño a que se le sometiera, no sabemos si por apatía o por qué otro motivo”.

22-Nuevamente el Listín Diario del 26 de abril de 1934 publica una reseña firmada por Lucas Espinal, quien reporta que el Sr Osvaldo Quezada le informó que el Sr José Cavallo recibió una comunicación desde Europa de Don Luis Del Monte quien le expresa que “para la instalación del reloj él estaba decididamente resuelto a prestar al Honorable Ayuntamiento la suma de dinero que fuere menester, pues entendía que esa obra no se debía dejar de la mano por más tiempo”. Espinal manifiesta que si él ha hecho algunas alabanzas en pro del Sr Del Monte, es porque piensa con Píndaro al asegurar que LAS ALABANZAS SON EL PREMIO DE LAS BUENAS ACCIONES, o como Jesús cuando dice: A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR.

23-En fecha 2 de Mayo del referido año 1934 anuncia el Listín que al mediodía del 1ro de Mayo llegó a Barahona el Ingeniero Casimiro Gómez quien “seguido procedió al estudio de la instalación del reloj público”. Dos días más tarde-en el mismo periódico-el corresponsal Julio E. Lembert Peguero, reporta sobre las actividades que realiza el Ing. Gómez.

24-El Decano de la prensa nacional coloca el 6 de Junio de 1934 una información calzada por Lucas Espinal, que da cuenta que el recién nombrado Gobernador Braudilio Féliz convocó en los salones de su oficina a representantes del sector empresarial local, con el propósito de de recabar de cada uno de ellos su contribución “a fin de emplear el total recolectado en la erección de la torre en donde habrá de ser colocado definitivamente el reloj de que tan necesitado está Barahona”. En dicho encuentro se recaudó la suma de $700.00, así como la promesa del central azucarero y otros empresarios que no estuvieron presentes.

25-El Síndico Rafael Peguero en un reporte de fecha 7 de enero de 1936 dirigido al Comisionado Especial del Gobierno en las Provincias de Azua y Barahona, correspondiente a las labores desempeñadas por ese Ayuntamiento en 1935, expresa que en el segundo trimestre de ese año se había colocado una campana para la hora pública junto a la Casa Consistorial “con el fin de cooperar en lo posible a la buena marcha de los asuntos ciudadanos”. Dicha campana fue ubicada en el Cuartel de la Policía Municipal, estando este servicio a cargo de la Policía.

26-A finales de 1935 el Ayuntamiento selecciona al Sr Alfredo Artsen para que construya el Palacio Municipal, donde se incluye la torre del reloj público la que sería colocada en la parte central del techo de dicha edificación. No he tenido acceso a la sesión de la Sala Capitular Barahonera donde se decidió la construcción del Palacio Municipal, pero en una comunicación del mes de noviembre de 1935, éste le propone a la Corporación municipal realizar los trabajos de dicha obra por un monto por debajo de los $9,000.00. Tampoco he tenido acceso todavía a la Sesión donde se decidió levantar ambas obras en una sola edificación.

27-El Sr Bienvenido Iglesias fue el técnico que viajó desde la capital hacia Barahona a instalar el reloj, para lo cual recibió un monto de$90.00. El primer encargado de operar el equipo-nombrado el 29 de Julio de 1936-fue el Sr Julio Figuereo, con una remuneración de $5.00 mensuales. Éste recibió un entrenamiento básico de Iglesias para operar y dar mantenimiento al reloj. 28-Años después otros operadores fueron Jacobito Sterling, Julito Saldaña, Pulé y Guillermito, entre otros. Para el 30 de Mayo el reloj estaba casi montado. Al Sr Figuereo se le pagaron $0.75 por concepto de la pintura a todo costo de las ocho agujas. Las premuras financieras del cabildo no cesaban, razón por la cual ese mismo día el Presidente de la Sala capitular solicitó al Sr Benjamín Toral, Tesorero de la Junta por Construcción de la Torre del Reloj Público, la suma de $463.00, cantidad recolectada entre particulares, a los fines de ser empleada por el Ayuntamiento en esa finalidad. El pueblo en general, los empresarios, el comercio y el Teatro Unión, habían aportado estos recursos.

29-Sobre la marcha-como en toda construcción-se produjeron cambios en la estructura del Palacio Municipal. Uno relevante fue la colocación exterior de la campana del reloj, lo que implicó la construcción de una base, la cual fue realizada por el Sr Alfredo Artsen por un costo de $200.00. El montaje de la campana a esa altura, requirió habilidad y precisión.

30-Con el oficio No. 185 de fecha 1ro de Junio de 1936, se le comunica al Tesorero Municipal que la Sala Capitular en una sesión Extraordinaria, dispuso comisionar al Síndico para que haga los gastos relacionados con el acto de la inauguración del reloj público. También se le informó que se aprobó remitir un cable a Don Luis Del Monte, quien se encontraba en Montreaux, Suiza, “reiterándole el agradecimiento de esta municipalidad con motivo de su obsequio del reloj público”. A este mensaje Don Luis Del Monte respondió:

31-El 2 de Junio fue formalmente inaugurado el reloj público. A las 11 de la mañana se reunió de forma Extraordinaria el máximo organismo municipal y de manera solemne se dispuso que el mismo fuera activado a las 12 del mediodía. Llegado el momento las campanas arrojaron al firmamento un firme sonido, que la multitud congregada en la calle, acompañó contando en voz alta. Posteriormente se ofreció un brindis.

32-El Listín Diario en una crónica con fecha 4 de Junio de 1936, cita que “fue inaugurada dentro del mayor contento de parte del pueblo, la torre que ostenta el reloj público que donara a esta ciudad el hacendado, munícipe y gran filántropo Luis E. del Monte. A las 12 m oyó el pueblo por vez primera las doce campanadas que anunciaban el paso firme del progreso por esta región. Hubo mucha animación y los brindis no se dejaron esperar mucho, recibiendo el Honorable Ayuntamiento las felicitaciones del pueblo en general”.

33-Con motivo de la inauguración de varias obras municipales el 12 de Octubre de 1936-dentro de las cuales estaba el flamante Palacio Municipal y la alta torre del reloj-el Listín Diario realizó tres crónicas en fechas 10, 15 y 19 de Octubre, donde se destacaban los dotes altruistas de Don Luis Del Monte. En su Editorial del día 15 de Octubre su Director expresa: “En la torre principal del Palacio Municipal luce el magnífico reloj público donado a Barahona por su distinguido munícipe señor Luis Del Monte, siempre dispuesto a contribuir a los progresos de la región en donde tiene plantada su tienda y sus intereses; ahí está su corazón”.

34-El 16 de Septiembre de 1936 la Sala Capitular instruye al Síndico colocar un reflector en la torre del Palacio Municipal de manera que pueda verse de noche su esfera opaca situada en la parte sur de dicha torre.

35-El actual operador de reloj-Ulises Arias-me informó que instaló cuatro bombillos detrás de cada esfera para que pueda apreciarse la hora durante la noche. Me expresó que hace reparaciones menores al aparato y que cuando hay un problema mayor, se envía la pieza o componente donde el relojero Sr Isidro Hilario, en la ciudad capital.

36-Conversé separadamente con ambos y me dijeron que dicho equipo funciona con dos grandes pesas. Una con un peso aproximado de 110 libras, mueve de manera sincronizada las partes mecánicas del aparato. La otra pesa, de 180 libras, mueve el mazo que golpea la campana. Los relojes con el mazo fuera no son corrientes. La bandera tricolor en la cúspide de la torre, resalta el patriotismo de los Barahoneros.

37-Cuando visité al Sr Hilario éste estaba trabajando en su relojería y me orientó sobre el funcionamiento de los relojes de torre. Me mostró la maquinaria de uno que estaba reparando, informándome que el de Barahona tiene un mecanismo similar, pero que no tiene componentes eléctricos. Como dato curioso Don Luis Del Monte dispuso que los constructores del reloj, repitieran la hora con un intervalo de tiempo, pues en su apreciación, a los Barahoneros “había que decirle dos veces las cosas”.

38-Con el fortalecimiento de la tiranía trujillista luego de su reelección de 1934, recrudece el régimen su política de aplastar toda forma de disidencia, a la vez que aumenta la presión sobre los círculos liberales, académicos y empresariales. La prensa es asaltada por escorias asalariadas y bocinas acostumbradas a alquilar sus plumas y sus lenguas. Descendientes de esas lacras, aún pululan en los medios de comunicación. La iniciativa privada es disuadida de participar en ciertos renglones productivos y comerciales que interesaban al sátrapa. De igual modo, el chacal se convierte en el BENEFACTOR DE LA PATRIA y en ese sitial no quiere competidores. Sólo él es bueno, bondadoso y misericordioso. Sólo él es inteligente, hábil y exitoso empresario. Todo el espacio había que dejárselo.

39-Finalmente, un elemento relevante en toda la dinámica histórica del reloj público de Barahona es la posterior adición de una sirena, la cual es operada manualmente y tocada en horas de la mañana, al mediodía, a las dos menos cuarto y a las seis de la tarde. El Cuerpo de Bomberos, es responsable del manejo de la sirena. Por décadas la misma sirvió para avisar la ocurrencia de incendios y concentrar los bomberos.
Tan pronto se producía un sirenazo “fuera de hora”, la muchachada salía corriendo hacia el cuartel de los bomberos. Muchas veces los incendios eran en algunos poblados de la provincia. Sin embargo, esta será otra historia.

Sin duda alguna, para mí ha sido un aprendizaje sobre los relojes públicos a través del tiempo. Es penoso que la mayoría de estos aparatos en gran parte del país estén mudos y no transmitan a las nuevas generaciones, las emociones que sus campanadas nos producían.

Afortunadamente, nuestro reloj barahonero es de los pocos que están trabajando. Aleluya ¡!!!!!

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