Por
M.A. Águeda Ramírez De Rodríguez
Tras una vida fructífera por demás, cargada de éxitos y de
acciones que le ganaron amor y respeto de sus semejantes, falleció Don Américo
el 13 de agosto de 1992 en la ciudad de Santo Domingo, tras practicársele una
cirugía por afección de la Próstata, siendo sepultado en esta ciudad de
Barahona, momento en el cual el pueblo mostró su agradecimiento a quien fuera
filántropo por excelencia.
Hijo del matrimonio de Don Osvaldo Melo y Doña Laura Andújar,
nació en Estebanía, Azua, el 27 de febrero de 1921. Un mes después de su
nacimiento fue trasladado al paraje Güayuyal de la sección La Ciénaga de este municipio de Barahona, lugar
donde sus padres tenían asiento y donde se dedicaban al cultivo del café. Aquí
cursó los estudios primarios y secundarios hasta graduarse de Bachiller en
Educación. Sus raíces campestres y su amor por el entorno lo llevaron de vuelta
a Güayuyal, donde fue nombrado profesor de la escuela rural allí existente en
la época. Del matrimonio con Doña Flérida Beltré procreó una familia próspera
en los planos profesional y familiar. Los hijos de una unión anterior y otros,
completaron 11 hijos.
Su instinto por el
comercio fue tan
determinante, que durante 24
meses ahorró su sueldo de 16 pesos mensuales, constituyendo así el capital
originario con el cual iniciara sus negocios comprando café en Güayuyal y
vendiéndolo a la Casa Mota en Barahona,
al tiempo que cultivaba ese mismo producto. A la par con la producción, compra
y venta de café, fungía como facilitador transportando desde Güayuyal hasta
Barahona el café que pequeños productores querían vender pero no poseían los medios de
transporte -mulos- de que
Don Américo disponía. Todas estas actividades le granjearon beneficios
intangibles como los conocimientos sobre el negocio y las relaciones con
quienes se dedicaban al mismo en esta ciudad.
En 1956 instaló por
primera vez su negocio de compra de café en la calle Santiago Peguero a esquina
Duarte, frente al río Birán, desde donde se trasladó en
1962 a la calle Anacaona # 14, donde
operó bajo el nombre Américo Melo Andújar.
Fue en 1963 cuando se fundó la
empresa Américo Melo, C. por A., viéndose interrumpidas sus labores sólo por
alrededor de 5 ó 6 años de su existencia. Durante su accionar
empresarial, Don Américo resaltó las virtudes del café y sus mayores esfuerzos
estuvieron encaminados a rescatar los valores de la caficultura en Barahona,
facilitando recursos para mejorar las condiciones de su cultivo, recolección y
comercialización, tanto a lo interno como en el exterior.
Otro aspecto de su preocupación
por el bienestar económico y social de la región lo constituyó el hecho
de mantener permanentemente un gran número de mujeres, muchas de ellas jefas de
hogar, a cargo del trillado del café. Por tal motivo, llegó a propugnar por el establecimiento de una ley que
obligara a que esa labor fuera realizada a mano, preferiblemente por mujeres,
por lo que, a pesar de disponer de los avances de la tecnología, hasta el año
2005 más de 70 mujeres realizaron este trabajo a mano, siendo así la empresa
que fundara Don Américo Melo Andújar una importante fuente de empleos durante
muchos años.
Instituciones comerciales, de
servicios y culturales tuvieron
a Don Américo entre sus
fundadores: Asociación Barahona de Ahorros y Préstamos para la Vivienda, hoy Banco Múltiple de las Américas,
Comisión Nacional del Café, Américo Melo y Co.
C. por A., Refrigeración Barahona, C. por A., Melo y Asociados, C. por
A., Club de Leones de Barahona y Sociedad Dominicana de Bibliófilos.
El éxito comercial
y personal de
Don Américo fue ampliamente conocido. Sin embargo, el
logro de una gran fortuna material no empañó
su nobleza y
humildad. Actuando constantemente a favor de los más excluidos y marginados,
sólo quienes recibieron de
manera directa sus
beneficios tuvieron conocimiento
sobre los mismos. Algunas de sus contribuciones a la colectividad fueron:
donaciones de terrenos para el Cementerio Municipal, para la Casa Club del Club de Leones, para la sede de la Dirección Regional de Foresta, y con la
construcción de la escuela Club de Leones de esta ciudad de Barahona.
Numerosos trofeos y reconocimientos locales, nacionales e
internacionales recibieron Don Américo Melo y su empresa. Uno de ellos,
póstumo, la designación con su nombre del nuevo cementerio municipal y la
avenida que lo cruza por su frente desde 2007.
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