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Don Francisco Feliz (Pancho Boché) |
Por M.A. Águeda Ramírez de Rodríguez,
Le decían El Zumbador por ser muy ágil, ya que sus movimientos
eran similares a los de
esa ave, cualidad
que aún cumplidos los 75 años
conservaba. Hijo de Doña Basilia Féliz, nació en el municipio de Cabral en el
año 1900. Casado con María Castro, no tuvo descendencia. Alfabetizado durante
la Primera Campaña Nacional de
Alfabetización del 1959, fue esa su formación académica y, aficionado a
la música, ejecutaba de oída el violín, la guitarra, el cuatro y el acordeón.
La labor deportiva de Panchito Boché se inició en 1913, fecha en
la cual se inauguró el primer campeonato de Béisbol en esta ciudad de Barahona,
como Pitcher del equipo Independencia. Fue esa la posición que jugó hasta los
últimos días de su vida, ya con la selección Barahona. Aunque en los primeros
años del deporte en Barahona no se llevaban estadísticas, se sabe que Panchito
Boché ganó alrededor de 42 juegos y perdió 7.
La obra Historia del Desarrollo de Barahona se refiere a la
época que su autor llama “esplendor del béisbol, haciendo alusión a las
actuaciones de este pelotero, a quien se refiere como “estampa del deporte”, y
cuenta que, cuando entraba al terreno de juego, Panchito Boché “Corría…corría
con destreza, en un anuncio tácito de la apertura de los intercambios”,
arrancando así los primeros aplausos en cada encuentro. Como jugador se
distinguió por sus famosos sliders, el rompe-cocote, cuando se lanzaba de
cabeza y el culín-cabeza, con las nalgas hacia arriba.
Se dice sobre
Panchito Boché, que fue el primer barahonero en montar en un avión, lo que ocurrió
cuando, tras un incidente con un miembro de las fuerzas interventoras de los
Estados Unidos a las cuales se oponía, fuera conducido en calidad de detenido
hacia la ciudad Capital. Allí aprendió a boxear y más tarde, en 1919, trajo el
boxeo a Barahona, enseñándoselo a Indio Monchi, a Fernando Perdomo -Puño de
Hierro-, a los hermanos Aquilino e Isidoro Gracia y a muchos otros jóvenes de
la época.
Contaba Don Luis Sánchez que, durante un combate de boxeo,
Panchito Boché venció en revancha a un norteamericano apellido Farrel y
abandonó el cuadrilátero antes que terminase el conteo de rigor. El público y
otros boxeadores le gritaban: espera el conteo!, espera el conteo!, a lo que
Panchito contestó: “si me paro, me mata”.
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Don Francisco Feliz (Pancho Boché) |
Los últimos años de su vida los dedicó Panchito Boché a enseñar
a grupos de niños y adolescentes a jugar béisbol y otras labores desarrolladas
por él fueron: mantenimiento del estadio de béisbol Nadín J. Hazoury y
obrero de carga general en el puerto de
Barahona, siendo miembro de su sindicato. Co-fundador del Cuerpo de Bomberos
Civiles de Barahona y miembro del mismo hasta los últimos días de su vida, no
se le conoció falta alguna y, aunque bebedor y parrandero, fue muy serio y
responsable con sus compromisos y con su palabra.
La muerte sobrevino a Panchito Boché a causa de una lesión por un golpe recibido durante un combate de
boxeo, el cual produjo desgarre en una de sus mandíbulas. En su lecho de
enfermo dijo que no tenía miedo a la muerte, sino que sentía dejar su pelota y
pidió que, previo a su entierro, le dieran a su cadáver tres vueltas al play en
el carro de los bomberos y que al entrar a la fosa lo hicieran con un carabiné,
su bate, su guante y su pelota, petición que fue complacida en todas sus partes en 1978, año en el cual falleció. Una copla que circuló
por la ciudad luego de su muerte, recoge sus aportes de la siguiente manera:
“Don Pancho Boché murió
El deporte hoy va a llorar
El ejemplo que dejó, es muy digno de imitar
El “Che Blanco” que cantó
No lo podemos bailar”.
En reconocimiento a su labor, el Ayuntamiento Municipal lo honró
designando con su nombre una de las calles que circundan el Estadio Nadín J.
Hazoury, del barrio 30 de mayo de esta ciudad.
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