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Profesora Álvida Marina Santana Vda. Díaz |
Por
M.A. Licda. Águeda Ramírez de Rodríguez
Nace el 13 de
agosto de 1936, en la calle Duarte No. 62 en el barrio “Parque de los Suero” de esta ciudad de
Barahona, hija de los esposos el
Ebanista y Tornero Don Federico Santana Suero y
Doña Hortensia Acosta Ferreras.
En la escuela
para niñas situada en el lugar donde hoy existe el Edificio Rodolfo Lama
propiedad de Empresas Radiofónicas S. A., cursa los estudios primarios, y los
secundarios en la Escuela Normal
Secundaria ubicada a la izquierda de la entrada del Puerto Naval de Barahona,
donde se titula como Bachiller en Filosofía y Letras. Profesorado en Letras
en la Universidad Autónoma de Santo
Domingo, extensión del Suroeste, curso de Locución y estudios de la
carrera de Derecho interrumpidos al iniciar la vida familiar, conforman su
formación académica.
En la educación
pública comienza a laborar en 1954, en una iglesia que habían construido unos
haitianos al lado de la residencia de la familia Lebreault, la cual fue
conocida con el nombre “La Bervena” como Maestra con un sueldo mensual de 5.74
pesos. De ahí pasó a laborar a la sección La Güazara educación de adultos, más
tarde al Patronato San Rafael, donde hoy se aloja el Ejército Nacional, de ahí
a la escuela Leonor Feltz.
En 1958 es
restaurado y entregado a Educación el edificio que alojaba las oficinas del
Ingenio Barahona el cual, adaptado para escuela, recibió el nombre “María Martínez de Trujillo” y allí laboró
Álvida como Maestra. En 1967 ingresa a prestar servicio a la Escuela Primaria e
Intermedia Anaíma Tejeda, habiendo laborado antes en el colegio Perpetuo Socorro,
ambos en el
Batey Central del
Ingenio Barahona.
Apenada por ver
que la gran mayoría de estudiantes, terminado el octavo grado debían trasladarse al Liceo Dr. Federico
Henríquez y Carvajal, mientras otros se empleaban como obreros en el ingenio y otros “chiripeaban” con la
idea de ayudar a sus familias, muchos de los cuales consumían lo ganado en
bebidas y en mujeres “de la vida alegre” y olvidaban la escuela, se sintió
Álvida motivada a movilizarse en pro de la fundación de un liceo nocturno para
el Batey Central, por lo que, junto con las maestras Melania Suero y Emilia
Dilón se dirigió a presencia de la entonces Secretaria de Estado de Educación,
Bellas Artes y Cultos para exponerle su idea, quien le prometió pensarlo.
Concedida la
creación solicitada, se dirigió Álvida a
la profesora Socorro Oviedo, quien le
concedió un pequeño local que poseía al
lado del Club Juan Pablo Duarte, donde en el año lectivo 1974 -1975 inició
labores con cursos desde sexto grado de primaria y con primero a tercero de
secundaria. La cuota de inscripción fue de $5.00 y la mensualidad de $3.00; el
nombre de la nueva escuela, José A. Robert. En 1980 fue oficializado el nuevo
liceo con el mismo nombre y en él se desempeñó como Secretaria Docente, hasta
que en 1993 el director nombrado se retiró y fue ella la directora hasta salir
jubilada el 29 de noviembre del 1999, tras 45 años de servicio.
Vocación de
servicio, dedicación y deseos de ayudar al prójimo desinteresadamente distinguen
a Álvida, quien
no limitándose a las
labores de Maestra
y Madre ejemplar,
se desenvuelve en los ambientes clubístico y deportivo. Su labor en las
actividades sociales y de servicios le ha ganado el derecho
a ostentar los
cargos en las mismas, tales como:
Presidenta cuatro veces y Secretaria del
Club de Leones Barahona Central; Primera Vocal y primer Vicepresidente del
Comité Ejecutivo de la Unión Deportiva de Barahona; Miembro de la Iglesia Católica, en la que se dedica a evangelizar.
Entre los reconocimientos recibidos por Álvida podemos destacar los
siguientes: Primera mujer presidente de una Asociación de Fútbol; Primera mujer
miembro de la federación Dominicana de Fútbol; Primera mujer miembro del Comité
ejecutivo de Fedofutbol; Por los méritos acumulados en el desarrollo del Fútbol
de la región sur; “Por su amor y consagración al magisterio, educando y
formando cientos de jóvenes de varias generaciones hoy profesionales al
servicio de nuestro país y de nuestro pueblo”. Mega Plus, 26 de febrero del
1999; Por sus cincuenta años de matrimonio; El 9 de
mayo del 2008, una escuela del Nivel Básico inaugurada en el sector El Tanque
en Villa Central fue designada con su nombre.
Dice Álvida sentirse satisfecha con su familia,
compuesta por 9 hijos, 6 hembras y 3 varones, todos profesionales, 29 nietos,
22 varones y 7 hembras, 2 de ellos médicos; 7 bisnietos, 4 varones y 3 hembras
que completan tan numerosa y bella familia, la cual inició cuando en 1960
contrajo matrimonio con Don Sócrates Díaz Peña, empleado del Ingenio Barahona.
Honrada con el reconocimiento personal
de estudiantes y demás miembros de la comunidad de Villa Central y del pueblo de Barahona en general, concluye
su exposición diciendo: “Doy y
tengo mucho amor para dar y también lo recibo igual. Doy gracias a Dios por
todo hasta ahora”.
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