Por Águeda Ramírez de Rodríguez
¡Cállate,
cállate Gaía que ya ganaste!, era una frase muy conocida con la cual se solía
poner fin a una discusión, aludiendo las dotes oratorias que hicieron famoso al
Dr. Secundino Ramírez Pérez -Gaía- mientras se desempeñaba como litigante en
los tribunales, en tiempos en que los juicios y los discursos eran muy
extensos.
El nombre
Secundino le fue impuesto por sus padres Don Manuel Ramírez y Doña Tomasa
Pérez, por ser el día de su nacimiento señalado por el santoral como de San
Secundino.
Esto ocurrió
el 1 de julio del 1907 en esta ciudad de Barahona. Dese 1946, cuando se graduó
de Doctor en Derecho en la Universidad de Santo Domingo, se dedicó al ejercicio
independiente, practicando la Notaría con toda corrección, aprendiendo además
de forma autodidacta siete idiomas. Con motivo del ejercicio de la profesión,
poseía un amplio conocimiento en materia de tierras y conocía en toda la
provincia quiénes poseían títulos de propiedad.
Siendo uno de
diez abogados que en todo el país no aceptaron cargos en la administración
pública durante la Era de Trujillo, los últimos tres años de esa etapa de
nuestra historia permaneció en cautiverio voluntario en su casa, para no
colaborar con el régimen.
Ferviente
defensor de la unidad familiar, no divorciaba. Daba largas a los procesos
mientras conversaba con los cónyuges y lograba la reconciliación, entonces les
devolvía el dinero que le avanzaban para las costas, afirma su hijo el Dr.
Secundino Ramírez Torrens.
Barahona
recuerda el automóvil marca CHEVROLET modelo 1950 que poseía Gaía, uno de los
siete que existían en esta ciudad de Barahona para la época.
Este carro
podemos verlo en la residencia de uno de sus hijos, el Dr. Secundino Ramírez
Torrens, en la provincia Santo Domingo, municipio Santo Domingo Oeste. Desde la
instalación en Barahona de la extensión de la UASD en 1970 impartió Gaía
docencia en la misma, hasta días antes de su fallecimiento, siendo su director,
hecho acaecido en la ciudad de Santo Domingo, entonces Capital de la república,
a consecuencia de Insuficiencia Renal el 26 de enero del 1983.
Su sepelio
tuvo lugar en esta ciudad de Barahona. En 1952 fue co-fundador del Ateneo de
Barahona. Otra de sus contribuciones a esta sociedad de Barahona lo constituyó
la donación a la UASD de terrenos que le fueron entregados por la familia del Monte
como compensación por servicios prestados, nos informa su hijo, el Dr.
Secundino Ramírez Torrens.
El Dr.
Secundino Ramírez cultivó las letras. En la obra “Contra el mar y el olvido”,
los hermanos Henrri y Víctor Cuello Ramírez (1996) hacen referencia a su obra
poética inédita, de la cual mencionan los poemas “Unos cabellos grises”,
“Meditaciones escépticas”, “Mis dos togas” y “Tu Nostalgia”.
El lirismo
escéptico de Gaía fue elogiado por el poeta Domingo Moreno Jiménez, a quien lo
ligó una íntima amistad y quien le dedicó en 1960 su “Epístola trunca y mansa”.
En 1961, el también poeta Juan Sánchez Lamouth le dedicó un poema titulado
“Transfusión de sangre a Gaía”. En reconocimiento a la labor magisterial del
Dr. Secundino Ramírez Pérez, la biblioteca del Centro Universitario Regional
del Suroeste -CURSO- lleva su nombre, también fue designada con su nombre una
calle en el sector Los Bloks en el Distrito Municipal Villa Central.
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