Daniel Sigfrido Jiménez
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Por: Manuel Sierra
Una de las cosas más bellas que tiene un ser humano es saber apreciar el talento de los demás.
En nuestros pueblos, en este caso en particular Barahona, nacen muchos hombres talentosos entre ellos músicos-cantantes, escritores, artistas plásticos, escultores, en fin, en cualquier rama que se decida incurrir, nuestra ciudad estará presente. Y no hablemos de políticos y deportistas porque también ahí somos generadores de grandes hombres.
La gran mayoría de ellos han tenido, mejor diría: “hemos tenido que inmigrar” (así me incluyo también) en busca de mejores horizontes para nuestras familias y crecimiento personal. El destino nos ha desparramado por todos lados. En New York vive una gran cantidad de esos Barahoneros y frecuentemente nos reunimos para compartir nuestras vivencias entre cuentos y bebidas.
Algunos gozamos de tener contacto con nuestros compueblanos donde quiera que estén.
Pero todos no somos así. Y quizás por su timidez o bajo perfil, este personajes que quiero presentar no es tan popular y conocido en nuestro ambiente Barahonense.
Permítanme presentarle a Daniel Sigfrido Jiménez, un ilustrador, dibujante, artista de la brocha de aire; de quien se puede decir sin temor a equivocarme que es uno de los mejores de República Dominicana.
A Sigfrido, lo recuerdo cuando vivíamos en la calle Las Carreras y el vivía al frente (para mejor ubicación, al lado de la casa de “Ojito Verde”, padre del famoso personaje “Guachupliki”).
Era de los jóvenes más tranquilos del barrio, apenas y si mal no recuerdo nunca le gustó, lo que era común en esa época, el salir a beber a los cabaréses o cosas por el estilo. Nuestro admirado Daniel Sigfrido prefería quedarse en casa dibujando historietas.
Pasó el tiempo y recuerdo que él y otros amigos del barrio de los que amamos las artes plásticas se fueron para la capital a estudiar en -Bellas Artes-. Nos veíamos de vez en cuando hasta que tuve que volar a New York. Luego de unos años volvimos a encontrarnos en esta gran urbe (odio cuando la llaman “la Babel de hierro). Compartí unos años con Sigfrido y su familia cuando vivían en Brooklyn, donde aún mantenía en el mismo estilo de vida, siempre sentado en la mesa de dibujo, solo que está ves ya no dibujaba con lápices sino con una brocha de aire, una técnica muy apropiada para la época en la cual la computadora solo daba señales de humo.
Para hacer este comentario breve, quiero presentar a un talentoso artista gráfico, que debe ser orgullo de nuestra cantera de personas que han sido reconocidos en varias ocasiones. Sus obras son una expresión futurísta con personajes hechos en una mezcla de humanoides pues siempre están conectados a cables que salen del espacio y reflejan un mundo de fantasías que solo un artista como él puede plasmar en sus obras.
Hace unos 10 o 12 años se mudó para Wyoming. Michigan y siempre nos comunicamos.
Aquí les presento unas cuantas fotos de Sigfrido cuando hicimos en 1996 una exposición en la cual también participó otro artista de Barahona: Juan King de quien hablaremos más adelante.
Daniel Sigfrido es un artista renuente a la tecnología, sigue aun llevando su arte en el complicado proceso de la brocha de aire, lo que implica tres veces más tiempo y costo para ejecutar una de sus maravillosas creaciones que emanan de su corazón creativo. Pero, no dejamos de reconocer que tiene mucho talento y debemos otorgar un espacio entre los grandes de nuestra generación de los años 1960, 1970 y el presente.
Esperamos que Daniel Sigfrido Jiménez algún día pueda brindarnos una exposición donde puedan ustedes juzgar lo que digo sobre él en este comentario.
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