Tomado
de: El Desahogo Dominicano (Publicado:
9 julio, 2015
Periodismo Comprometido, desde un enfoque de
Derechos, con Perspectiva de Género
"Legendario luchador
cumple 89 años llenos de Rebeldía Ejemplo de Lucha, de Resistencia y de firmeza"
SANTO
DOMINGO. Este legendario
luchador, hoy casi nonagenario, nació en una cuna muy humilde el 10 de julio
del año 1926, en Barahona, hace 89 años. Su niñez, su adolescencia y su juventud
transcurrieron en barrios capitalinos, como San Carlos, donde residía, y otros
aledaños, en los cuales trabajaba, asistía a la escuela o se movilizaba de
alguna manera buscando la sobre vivencia. Vivió en carne propia el terror de la
dictadura trujillista, incluyendo desapariciones y crímenes inenarrables, lo
que definitivamente influyó en el desarrollo de una personalidad rebelde,
radical y comprometida con absoluta consecuencia en la lucha por la libertad y
la justicia.
Otro acicate para
delinear su personalidad y su determinación de lucha y de defensa de la clase
obrera fue su vivencia en las fábricas, no sólo siendo testigo de la
explotación cruel a la que sometían a los obreros, sino volviéndola él mismo en
su condición de obrero zapatero. Eso lo llevó a la militancia sindical activa,
llegando a ser dirigente del histórico sindicato de zapateros del Distrito
Nacional, hoy desaparecido, y usurpado y vendido ilegalmente su local.
Comenzó a realizar
actividades remunerativas desde muy temprana edad para ayudar con el sustento
del hogar, compuesto por varios miembros. Recuerda que su madre doña Nina lo
mandaba a vender maní tostado, y que en una ocasión tenía hambre y se comió la
mercancía que le quedaba. Al preguntarle su madre que había pasado pues faltaba
dinero, él le dijo la verdad, y ella le dijo que por decir la verdad sería
perdonado. Así ha actuado en su vida partidaria y particular, diciendo siempre
la verdad.
Comenzó como aprendiz
de zapatería y llegó a perfeccionarse en la confección de delicados estilos de
zapatos. Trabajó en varias fábricas de gran renombre en la época, como “La
Parisien”. En el fragor de su trabajo de zapatero conoció al señor Américo
González, padre del desparecido y asesinado militante revolucionario y cultural
Narciso González (Narcisazo), con el cual también compartió desde que aquel era
un niño.
Paralelamente a su
trabajo, asistía a la escuela. Durante el bachillerato asistía a la tanda
nocturna, pues tenía que trabajar durante el día. No logró hacerse bachiller.
Cuando cursó el tercer año de la Educación secundaria tuvo que abandonar los
estudios. Pero ya no sólo trabajaba, sino que estaba envuelto en el movimiento
sindical a través de dirigentes obreros tan emblemáticos como el desaparecido y
asesinado Raúl Cabrera.
El primer apodo que
recibió entre familiares y amigos del barrio fue “El Lebranche”, debido a sus
habilidades y desenvolvimiento en la cotidianidad de un barrio pobre donde
sobrevivir honestamente es un gran desafío. El sobre nombre de “El Men” le
sería puesto más tarde por los obreros azucareros de origen “cocolo” en el
Ingenio Consuelo, San Pedro de Macorís.
El inquieto zapatero
no estaba ajeno a la lucha que se gestaba contra el sátrapa Rafael Leónidas
Trujillo Molina, dueño de todo y de todos, que tiranizó el país por más de 31
años. “El hijo de Doña Nina” o “El Nieto de Tomás Puello”, como a veces se
identifica Jorge Puello, vivía “patio con patio” con los hermanos Ramos Peguero
y sus padres, los señores Chino Ramos Rojas y Colombina Peguero, decididos y
firmes antitrujillistas.
Los hermanos Ramos
Peguero decidieron irse a Cuba saliendo por Haití, para integrarse al
movimiento antitrujillistas que se proponía acabar con la satrapía. Después de
muchas peripecias, incluyendo prisión en Haití, llegaron a Cuba, donde tuvieron
una destacada participación junto al Movimiento 26 de Julio y las columnas
guerrilleras del Comandante Fidel Castro en la lucha contra el dictador
Fulgencio Batista y Zaldívar. El 20 de febrero del año 1956 los hermanos Ramos
Peguero se encontraban entre los fundadores del Movimiento Popular Dominicano
(M.P.D.), que levantó la tesis de “Lucha interna o Trujillo siempre”, tesis que
resumía la necesidad y la decisión de regresar al país a combatir la oprobiosa
tiranía “en su propia madriguera”. Además, sostenía las consignas: “Siempre hay
que atreverse” y “Patria o muerte, venceremos”.
De alguna manera, “El
Lebranche” estaba conectado en la lucha contra Batista y contra Trujillo. Por
eso tan pronto llegó al país un núcleo de los fundadores del M.P.D., Jorge
Puello no vaciló en integrarse a ese proceso de lucha abierta contra una de las
más sanguinarias tiranías de América Latina, que no enfrentaba manifestaciones
callejeras desde la década de los ´40. Era una decisión muy peligrosa. Se
trataba de arriesgar de verdad el pellejo. No faltaron quienes se mostraban
desconfiados, pues pensaban que sólo unos locos o agentes de Trujillo se
atrevían a realizar semejante desafío. Jorge Puello estaba convencido de la
seriedad del proyecto, pues allí, además de los hermanos Ramos Peguero, había
viejos militantes comprometidos, como el dirigente obrero Baldemiro Castro,
asesinado más tarde, en 1965, durante el intento de asalto a la fortaleza del
Ejército en San Francisco de Macorís.
Jorge Puello Soriano,
Junto a Máximo López Molina, Andrés Ramos Peguero, Rafael D´Castro y muchos
otros dirigentes obreros y estudiantes que se fueron sumando, vivió y sufrió
los cruentos embates de los “Paleros” que dirigía un detritus social llamado
José Antonio Jiménez (Balá). En sinnúmeras ocasiones el local del M.P.D.,
ubicado en la avenida José Trujillo Valdez, actual avenida Duarte No. 12, fue
asaltado por la banda paramilitar trujillista. Allí siempre estuvo Jorge Puello
Soriano, que no era de los que se quedaban observando de lejos y luego de la
muerte del tirano aparecieron como “anti-trujillistas radicales” y que todavía
se atreven a reivindicar su condición de “fundadores del M.P.D. en el país”.
Cuando
Jorge Puello Soriano recibió su primer bautismo de sangre y de fuego no hizo
más que reafirmar su disposición de lucha para salir del sátrapa. Los ataques
sangrientos se sucedían uno tras otro. La determinación de los EMEPEDEÍSTAS se
crecía. Ahí estaba El Lebranche. Ahí estaba el zapatero. Ahí estaba el
dirigente obrero seguidor de Raúl Cabrera y de Mauricio Báez. Entre otras
tareas, tenía la responsabilidad de distribuir el periódico Libertad, que el
pueblo esperaba “como pan caliente”, por las valientes y siempre documentadas
denuncias contra los crímenes y el saqueo de la tiranía, y por los profundos
análisis políticos que traía.
Ya fuera en una
“Vespa” (motocicleta de fabricación italiana) o a pie, “el hijo de doña Nina”
recorría las barriadas y lugares de trabajo, como los muelles y las fábricas,
distribuyendo el periódico Libertad y reclutando combatientes, principalmente
entre la clase obrera, que tuvo una gran integración al Movimiento Popular
Dominicano, contándose muchos de ellos entre los 87 EMEPEDEÍSTAS asesinados en
menos de un año. Muchos otros de los camaradas de Jorge en la etapa de la
fundación del M.P.D. en el país fueron encarcelados y torturados, entre ellos
Andrés Curiel (El Santo). Y todo aquello sólo sirvió para que este humilde hijo
de la clase obrera templara cada vez más su voluntad y su resuelta disposición
de lucha.
En cada una de las
numerosas peleas contra los paleros trujillistas, Jorge usaba sus armas
habituales de entonces: palos, piedras, cascos de botellas, pedazos de hierro…y
también tuvo que tirarse varias veces de una azotea y brincar muchas paredes,
pues los esbirros portaban armas de fuego, además de estar apoyados por la
Policía. La pelea era desigual, pero la dignidad siempre salía fortalecida y
cada vez se sumaban más combatientes.
Y como si numerosos
jóvenes tuvieran una vocación por la inmolación, cada día afluía una mayor
cantidad al local donde se desplegaba la bandera roja y negra de la liberación
latinoamericana. La lectura de determinados textos sobre la moral y el compromiso
de la juventud, así como los ardientes discursos de Andrés Ramos Peguero y de
Máximo López Molina concitaban la presencia y la adhesión de numerosas
personas, muchas de ellas dispuestas a morir por la libertad del pueblo
dominicano. Allí El Men, como se le conocería más tarde, compartió no solamente
con luchadores de experiencia como Floricel Erickson y sus hermanos, sino
también con jovencitos y adolescentes como Maximiliano Gómez (El Moreno), Henry
Segarra Santos, Miguel Ángel Feliú, los hermanitos Baiks y otros, muchos de los
cuales pagaron con la vida su osadía.
Muerto el tirano
Trujillo, el M.P.D. encabezó la lucha de la izquierda al frente de los
contingentes populares que se lanzaron a las calles a ejecutar el proceso de
destrujillización. Y en esas grandes movilizaciones que hicieron huir a los
remanentes de la tiranía, incluido Joaquín Balaguer, que tuvo que asilarse en
la Nunciatura Católica, ahí estuvo El Men. De igual manera, estuvo en las
grandes jornadas de lucha de la clase obrera contra los explotadores patronos.
Siempre recuerda su combate junto a Baldemiro Castro contra los esquiroles
(rompe-huelgas) en la industria de los hermanos Bolonotto, en apoyo a los
trabajadores de esa empresa.
Después del golpe de
Estado contra el Gobierno constitucionalista de Juan Bosch, en septiembre de
1963, tanto el Catorce de Junio (1J4), como el Movimiento Popular Dominicano
(M.P.D.) se propusieron levantar movimientos guerrilleros rurales. En el M.P.D.
surgió la propuesta de organizar el levantamiento en Cevicos, al Noreste del
país. Jorge Puello no estuvo de acuerdo con el levantamiento en esas
circunstancias, pues sostenía que no se había hecho el trabajo de implantación
de la guerrilla. Ya El Men era parte del Comité Central de la organización,
donde se impuso el proyecto de foco guerrillero. La Historia habrá de juzgar y
aclarar muchas cosas sobre este abortado movimiento guerrillero y sus
armadores.
Pese a su posición
disidente sobre el levantamiento guerrillero, Jorge Puello asumió la decisión
con una disciplina de absoluta consecuencia. Tratándose de “arriesgar el
pellejo”, sin embargo, el hoy legendario luchador no sólo se calzó sus botas de
guerrillero, sino que en su condición de zapatero confeccionó la de los otros
futuros combatientes. Allí se fue un núcleo de dirigentes EMEPEDEÍSTAS,
acompañados por militantes de la región. Probablemente infiltrados o delatados,
fueron perseguidos y encarcelados. Luego saldrían amnistiados, y allí estaba El
Men, que por cierto ostenta el récord de haber sido amnistiado en unas cinco
ocasiones.
El Men viajó a Cuba,
donde se entrenó militarmente y estudió economía política. A su regreso, se
integró inmediatamente a su puesto de trabajo político en el movimiento obrero.
Ya no podría integrarse a las labores remunerativas. Era un cuadro político
revolucionario a tiempo completo, que andaba recorriendo diferentes zonas
orientando y reclutando obreros para la militancia EMEPEDEÍSTA.
Al producirse la
Guerra de Abril de 1965, convertida en Guerra Patria luego de la intervención
yanqui, el ya experimentado militante revolucionario y dirigente obrero se
integró a las fuerzas combatientes. Fue de los responsables del Comando que
funcionó en la escuela que luego se conocería como “Ensanche Cucaracha”.
También estuvo en otros comandos EMEPEDEÍSTAS o mixtos de “CATORCISTAS y EMEPEDEÍSTAS”,
así como en el Comando Central del M.P.D. en la Escuela Argentina.
Tuvo una destacada
participación militar en las acciones de contención de los invasores yanquis en
la línea de penetración a la zona constitucionalista, pues debe recordarse que
el Comando central del M.P.D. estaba a 150 metros de la línea establecida por
los invasores.
Entendiendo que era necesario romper el cerco que confinaba a las fuerzas
constitucionalistas en la parte baja de la ciudad de santo Domingo, se planteó
la extensión de la guerra a otras ciudades, como Santiago y San Francisco de
Macorís. El G-4, grupo integrado por el Movimiento Revolucionario Catorce de
Junio (1J4), el Movimiento Popular Dominicano (M.P.D.), el Partido
Revolucionario Dominicano (P.R.D.) y el Partido Revolucionario Social Cristiano
(P.R.S.C., Machete verde), junto a militares constitucionalistas, integró
equipos para enviarlos a esos lugares. El Men fue destinado a Santiago. Antes
de poder entrar en acción, fue apresado por las fuerzas reaccionarias. Aunque
dijo y sostuvo en los interrogatorios que: “Yo sólo ando por aquí bebiéndome mi
romo”, fue encarcelado y posteriormente amnistiado cuando se produjo la firma
del “Acta institucional” que puso fin a la contienda armada.
Al salir de la cárcel,
como buen soldado asumió inmediatamente su función de dirigente EMEPEDEISTA y
de orientador sindical, pues era el Secretario de asuntos obreros. Instalado el
neotrujillismo Balaguerista en el poder, ahora Jorge Puello tenía su puesto de
trabajo en los centrales azucareros de San Pedro de Macorís, principalmente en
el ingenio Consuelo. Fue donde recibió su nombre de “El Men” por los obreros
que orientaba y los cuales participaban en escuelas de formación obrera,
política y cultural. También formó parte de la Juventud Obrera Revolucionaria
(JOR).
Junto
con Maximiliano Gómez Horacio (El Moreno), Roberto Antonio Figueroa Taylor
(Chapó), Manolo (Caco de Ñame), Juan Niemem y otros dirigentes formó varios
sindicatos, los cuales integró a una federación de trabajadores azucareros. En
reconocimiento a su ardua labor como organizador y educador de los
trabajadores, fue beneficiado con una estancia en la República Popular China,
donde recibió entrenamiento y formación en política y economía.
En el
lejano país asiático del Gran Timonel Mao Tse Tung (Mao Tze Dong), El Men
estableció una estrecha relación con dirigentes obreros y del Gobierno
revolucionario. Este viejo guayacán de la revolución dominicana siempre
recuerda la satisfacción que le produjeron las grandes ovaciones que recibió
cuando en representación de su país y de los obreros dominicanos cantó “Esclavo
Soy” en una plaza pública.
También ha viajado a
otros países socialistas, donde ha recibido cursos de formación política y ha
participado en numerosos actos de solidaridad y de coordinación de la lucha en
el campo internacional.
Como cuadro
profesional revolucionario, El Men fue enviado a varias regiones del país.
Mientras desarrollaba trabajos en la zona del municipio de Nagua, El Men fue
apresado y golpeado salvajemente. Nunca le pudieron arrancar ninguna confección
sobre su trabajo o sobre la ubicación de sus camaradas. En la zona de La Vega
realizó un importante trabajo, junto a dirigentes y militantes como el asesinado
Stalin García Muñoz, y con un amplio apoyo de colaboradores.
En la zona de
Constanza El Men se desplazaba por los campos de Palero, La Sabina, Las Auyamas
y otros. Resultaba bastante difícil de realizar su trabajo en una zona donde la
gran mayoría de sus habitantes son predominantemente de tez blanca y de baja
estatura, sobre todo en esa época, mientras el cuadro político que se movía por
allí era alto, de color negro y de una tipología totalmente diferente a los
lugareños. Logró que su manto y su leyenda, junto a la base social del partido
le permitieran encubrir su verdadero objetivo en esos lugares. Era “vendedor”
de ciertas mercancías. Por ahí andaba con una caja de “rolos y pinchos” en la
cabeza.
En Moca, junto a otros
camaradas, como “El Popular” y a perredeístas aliados, como el fallecido
Winston Arnaud, formó una fuerza militar conocida como “Los Truenos de
Machepa”, comandos de acción contra la represión de la dictadura del genocida
Joaquín Balaguer.
A inicios de la década
de los ´70 comenzaron a manifestarse contradicciones en el seno del Movimiento
Popular Dominicano. Un grupo de dirigentes y militantes, varios de los cuales
han terminado sus días o se encuentran abiertamente al lado del enemigo,
comenzaron una labor de división del partido, pues planteaban la “legalización”
del mismo y la conversión del mismo en un instrumento domesticado, renegando de
la lucha de clases y del enfrentamiento contra la dictadura Balaguerista. A
Jorge Puello Soriano, El Men, junto a dirigentes como David Onelio Espaillat
Campos, le tocó encabezar la lucha por salvar el honor del M.P.D., enfrentando
la camarilla que entonces fue denominada como “legalista”, y que amenazaba con
destruir el destacamento de vanguardia contra la dictadura Balaguerista y en
defensa del pueblo dominicano.
En septiembre de 1971
fue asesinado el viejo y emblemático militante del M.P.D., Jesús María Álvarez
(Boyoyo) fue secuestrado, asesinado y tirado entre un serón a un canal de
riego. Y casi simultáneamente fueron asesinados dos esposos pastores cristianos
estadounidenses, los señores Poster. Inmediatamente esos crímenes fueron
atribuidos a la Policía. No había duda de ello. Sin embargo, el jefe de la
Policía en Santiago, Eligio Bisonó Jackson, acuso de esos abominables crímenes
a los dirigentes EMEPEDEÍSTAS Jorge Puello Soriano (El Men) y a Lorenzo Enrique
Vargas Ventura (El Sombrerero). Arreció una tenaz persecución contra los dos
dirigentes. El Sombrerero fue apresado posteriormente, el 4 de abril de 1972,
durante la ocupación de las instalaciones de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD).
En 1972, El Men había
sido electo Secretario general del M.P.D. La ruptura definitiva con el sector
“legalista” se produjo definitivamente en 1975, aunque siguieron tratando de
usurpar el nombre del M.P.D. hasta unos años después. Jorge Puello, en la más
absoluta clandestinidad, ya que era perseguido a muerte, se mantuvo dirigiendo
el partido y moviéndose entre el Distrito Nacional y la región del Cibao
(Norte).
En febrero de 1976 el
Secretario general EMEPEDEÍSTA se proponía dar una entrevista en la ciudad de
Santo Domingo, hacia donde viajó desde la región Norte, donde se encontraba
haciendo vida clandestina. Fue delatado y apresado junto a dos camaradas. Fue
acusado de muchísimos delitos, entre ellos un atraco al Banco Popular
Dominicano, donde él era quien “manejaba el yip”. Y resulta que el dirigente EMEPEDEÍSTA
nunca aprendió a manejar un vehículo de motor que no fuera una “Vespa”
(motocicleta).
Junto a otros presos
políticos fue trasladado a numerosas cárceles de pueblos fronterizos, como
Dajabón, donde era confinado en celdas solitarias, y recibía inenarrables
maltratos En una de esas celdas había estado Henry Segarra Santos, desparecido
y asesinado, en julio de 1969. Todo esto fue superado sin doblarse en lo más
mínimo. El partido y sus familiares estaban siempre alerta, ya que a cada
momento llegaban informaciones de que le podrían aplicar la “Ley de fuga”, como
efectivamente hicieron con el dirigente revolucionario Enrique Figueroa
(Enriquito), al ser trasladado de Dajabón hacia la Capital Santo Domingo.
Su presencia en
aquella dura y peligrosa cárcel fronteriza con Haití, El Men creó una
conmoción, tanto dentro como fuera de la cárcel. No sólo las bases del M.P.D.,
sino militantes de otras organizaciones y gente común del pueblo mantuvieron
una actitud de apoyo solidario. En la propia cárcel, pese a ser presentado como
un preso muy peligroso, incidía hasta en sus custodios. Como curiosidad
anecdótica, Jorge Puello recuerda que el día de “nochebuena” del 1977 lo
celebró junto a su carcelero del momento, tomándose “un pote de romo” (ron,
alcohol).
El Men luchó hombro
con hombro con una pléyade de camaradas EMEPEDEÍSTAS como Máximo Antonio López
Molina, Andrés Marcelino Ramos Peguero (Andrecito, El Dominico), Otto Morales
Efres (El Gorila), Amín Abel Hasbun (El Turco), Maximiliano Gómez Horacio (El
Moreno), Roberto Antonio Figueroa Taylor (Chapó), Numitor Elpidio Jiménez
Sarnelly (Tito Monte), Henry Segarra Santos (Santiago), Tulio Rivas (Marino
Pata Caliente), Frediberto Bravo Santana (Picho), Plinio Matos Moquete, Lorenzo
Vargas, David Onelio Espaillat Campos y César Augusto-Flavio-Suero. Y de igual
manera con militantes y combatientes de otras organizaciones, como Leal Prandy
(La Chuta), Cerón Polanco, Virgilio Perdomo Pérez y Barbarín Mojica.
Ha
compartido su experiencia y su vivencia de lucha, en la guerra, en las
cárceles, en eventos nacionales e internacionales con otros emblemáticos
combatientes revolucionarios dominicanos de varias generaciones que se
encuentran en primera fila, como Narciso Isa Conde, Iván Rodríguez e Ignacio
Rodríguez Chiappini.
Jorge Puello salió de
la cárcel amnistiado cuando el genocida Joaquín Balaguer fue desplazado del
poder por el Partido Revolucionario Dominicano, cuando el Senador Salvador
Jorge Blanco sometió una Ley de Amnistía, ya que el Presidente Antonio Guzmán
se resistía a decretar la amnistía para los presos y los exiliados políticos.
Al salir de la cárcel,
El Men se integró a su partido en su condición de Secretario General,
impregnándole dinamismo a la nueva línea política y organizativa de “Las Cuatro
Ramas”, en sustitución de la táctica política Hilda Gautreaux, la HG. Entre sus
aportes teóricos se destacan varios documentos sobre la línea de construcción
del partido, como la “Línea de crecimiento anormal” y “La Juventud de Avanzada
Pablo A. Martínez”.
Continuó, a la vez, su
trabajo con la clase obrera y su amplia relación con los sindicatos como el de
Arrimo Portuario (POASI), el de la construcción y otros. En su trabajo de
solidaridad internacional viajó varias veces a Panamá, durante el Gobierno del
General Torrijos. Compartió con los señores Ester María y Carlos Wong, de la
“Casa Azul”, espacio cultural y de solidaridad con los pueblos. De ahí, que
asumió la edición de la revista CONASOL. El Men ha compartido con reconocidos
dirigentes revolucionarios y progresistas a nivel internacional, como el
Comandante Fidel Castro Ruz, General Omar Torrijos y el Comandante Hugo Chávez
Frías.
El legendario
dirigente comunista ha recibido numerosos reconocimientos de parte de
organizaciones obreras, campesinas, revolucionarias, patrióticas, de defensa de
los derechos humanos, de pobladores, etcétera, en diferentes lugares, como
Santo Domingo, Barahona, Puerto Plata, Santiago, La Vega, Moca y San Pedro de
Macorís.
Jorge
Puello es el más antiguo y emblemático dirigente del M.P.D. En el tercer
congreso EMEPEDEÍSTA fue declarado a unanimidad miembro Ad vitam (de por vida)
del Comité Central. Esa disposición se ha ratificado en cada uno de los
congresos posteriores. Luego ha sido declarado Presidente Ad Vitam del M.P.D.
Ha vivido momentos de
tristeza y de alegría. Ha pasado por estrecheces económicas. El “zapatero
feliz” le ha puesto “buena cara al mal tiempo”. Ha rodado por diferentes
caminos, pero siempre en el sendero de la revolución. No se ha dejado
deslumbrar por el oro corruptor. No se ha dejado encantar ni ha caído en las
veleidades del sistema opresor y de sus agentes domesticados. Ha sido radical
en el buen sentido de la palabra, en el sentido que le dio Marx. Se ha sentido
feliz, aun en medio de innúmeras dificultades, persecuciones y torturas. Ha
visto caer a decenas de camaradas, con los cuales ha convivido estrechamente.
Ha estado en la guerra, y por ello ha tenido que disparar. Pero ha brindado
mucho amor. Ha sonreído. Ha cantado y bailado. Nunca se ha sentido abatido. Ha
sido fuente de inspiración.
En la República
Dominicana es imposible hablar de la lucha del pueblo durante los últimos 55
años sin hablar de Jorge Puello Soriano (El Men), ejemplo de firmeza, de
compromiso y de resistencia. A sus 89 años, este robusto Guayacán, histórico
dirigente EMEPEDEÍSTA, dirigente obrero y militante comunista es un vivo y
enaltecedor ejemplo para las actuales y futuras generaciones de combatientes
por la libertad y la justicia de nuestro pueblo y de los pueblos del Mundo.
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